“A la población y a los turistas les apetece consumir un producto elaborado en nuestra región, con materias primas naturales; por lo demás, el turismo en las localidades cercanas es muy abundante, como es el caso de San Pedro de Atacama, y esa es una gran oportunidad para nuestra propuesta”.
Así resume el joven estudiante Manuel Rivera Blanco el entusiasmo con el que -junto a su equipo- participa en el concurso Innova2 , que organiza la Universidad Católica del Norte y la Fundación Minera Escondida con escolares de Enseñanza Media de la región de Antofagasta.
Rivera y su grupo –asesorados por su profesora de Química, Pilar Nuñez- proponen la elaboración de cerveza de algarrobo, un fruto que por décadas se desperdicia en enormes cantidades, especialmente en la provincia del Loa.
El proyecto busca patentar la cerveza como un producto de la zona, usando un recurso natural que está en completo desuso y abandono, realizando –además- un aporte económico a la ciudad (Calama) y a la región (Antofagasta).
La propuesta de Rivera y sus compañeras Macarena Silva y Javiera San Martin forma parte de una veintena de ideas de jóvenes escolares, quienes han ido pasando variadas etapas del concurso y ya se encuentran en tierra derecha.
Uno de los elementos en el que confían para el éxito de la especial cerveza es el gran potencial turístico de la zona, lo que permite presentarla como un producto evidentemente autóctono. En cuanto a las preferencias locales, el grupo recuerda que los atacameños utilizaban el algarrobo para producir un licor llamado “Aloja”, por lo que existe una clara huella ancestral.
Pero ¿cuáles son las reales proyecciones de esta idea?: “Nuestro equipo ha estudiado la alternativa de que esta cerveza sea un producto viable, especialmente a través de encuestas y entrevistas, existiendo una muy buena expectativa ante la idea: a la mayoría de los consultados le interesa probarla”, subraya Rivera.
Se suma también otra arista atractiva: la patrimonial. “Se trata de un fruto muy utilizado por los habitantes originarios de esta zona, principalmente para alimentación propia. Sin embargo, en la actualidad se trata de un fruto que no es considerado y que se desperdicia totalmente. Nuestro proyecto tiene también una intención de rescate”, señala el estudiante de Calama.
Con una importante producción anual de entre 20 y 60 kilos de frutos por árbol, las posibilidades que ofrece el algarrobo son un libro abierto. Todo ese potencial, sumado a sus positivas características nutricionales, es lo que están estudiando estos inquietos jóvenes nortinos.