Se celebran siete décadas desde la creación de la primera cerveza Märzenbier por los maestros cerveceros de Damm. En honor a este hito, Voll-Damm ha lanzado una edición limitada que rinde homenaje a los diseños originales de la marca, presentando una etiqueta especial inspirada en las botellas iniciales de esta cerveza de doble malta que se comercializó en los años 50.
Este nuevo diseño conmemorativo se ha aplicado a todos los formatos de Voll-Damm, incluyendo packs y latas, y ya está disponible en bares, restaurantes y supermercados hasta el final del año.
La historia de la cerveza Voll-Damm se remonta a 1953, cuando los maestros cerveceros de Damm crearon por primera vez una cerveza de estilo Märzenbier. Este estilo se originó en la Edad Media, cuando la fermentación de la cerveza se veía afectada por las altas temperaturas durante los meses de verano, lo que llevaba a suspender su producción. Fue en el siglo XIX cuando los cerveceros descubrieron que al añadir más lúpulo y malta en el último lote de marzo, obtenían una cerveza más robusta y resistente al calor, permitiendo el consumo de cerveza durante todo el año.
En 1953, Damm siguió esta tradición y creó su propia cerveza Märzenbier, basándose en las enseñanzas de los maestros cerveceros del siglo XIX. Inicialmente concebida como una cerveza de temporada producida entre octubre y abril, su éxito llevó a que en 1955 se comenzara a fabricar de forma continua durante todo el año, bajo el nombre Voll-Damm, que en alemán significa «lleno» o «completo». Esto se debió a su mayor cantidad de malta, lo que le otorgó una mayor fuerza y sabor.
Desde entonces, Voll-Damm ha mantenido su receta original, elaborada con ingredientes 100% naturales, utilizando cebada de variedades puras malteada en su propia maltería. A lo largo de los años, ha conservado su característico sabor fuerte e intenso, con cuerpo y un toque distintivo de amargor.
Voll-Damm se presenta con un color roble con reflejos anaranjados y una espuma compacta y brillante. Su aroma es complejo, con notas afrutadas de melocotón maduro y manzana, así como toques anaranjados que aportan frescura. En boca, tiene una entrada amplia y característica, con una sensación cremosa y un final que evoca el tanino de la hoja de tabaco, acompañado de un amargor refrescante gracias al lúpulo.
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